Lo celebréis o no, Halloween me parece una de esas fiestas que no hacen daño a nadie (insisto que lo de los payasos diabólicos, no, no, pero allá la libertad individual de cada uno) y en la que los niños se lo pasan bien. Si te tiran huevos (eh, que por aquí lo hacían) pues mala leche por no tener los caramelos preparados (lo sé, te lo has gastado en whisky, bribón).
Siempre se pueden hacer pasteles o disfrazarse del hombre del saco o de Jack-o’-lantern o de Donald Trump al que, prevemos, poco le queda en las portadas de los periódicos. ¡Gracias por ser así, Donald! Miles de periodistas han salvado sus empleos gracias a los artículos chorras que generas. Es imposible no rendirse ante un tío que posee su propia marca de filetes.
Pues eso, que feliz Halloween a todos y que lo disfrutéis con vuestros seres queridos. Yo por hoy creo que me retiro (el cambio de hora me ha matado, ¡son las diez de la mañana y ya he terminado!). Y que no os den calabazas en Halloween, que esperen a vuestro cumpleaños, que aún es más divertido.
Bueno, os dejo por hoy pero con una buena canción de esta genial película de animación.
