El restaurante Abissínia detalla las bases de la cultura gastronómica de Etiopía

Notas de Prensa
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La importancia de la historia gastronómica etíope se puede remontar hasta el Kebra Nagast

A los amantes de la gastronomía siempre les ha gustado probar cosas nuevas y, a aquellos que poseen una faceta más viajera, los sabores son aún mejores si los platos son de países desconocidos y alejados de las rutas habituales. En esta línea se sitúan los platos de un país situado en el Cuerno de África y del que sólo hay cinco restaurantes especializados en toda España: Etiopía.

La importancia de la historia gastronómica etíope se puede remontar hasta el Kebra Nagast, uno de los libros sagrados de la cultura del país, que narra una historia muy particular del origen de los sabores de este país Africano:

En tiempos de Salomón, la Reina de Saba, en la antigua Abisinia (nombre original del imperio etíope), visitó Jerusalén atraída por la sabiduría de su Rey. Por su gracia natural, la reina comenzó a ejercer una irresistible atracción sobre el hijo de David, quien pese a sus riquezas e inteligencia no lograba seducir a la hermosa monarca. Llegaba la hora de su partida a Abisinia y Salomón consiguió arrancarle una promesa: que en el caso de que se llevase consigo algún bien preciado del reino, consentiría a cambio yacer con él una sola noche. La víspera del viaje, Salomón ofreció a su invitada una cena de exquisitos manjares y, astutamente, ordenó que se sazonaran con abundante sal y picantes especias. Tras los postres, la reina tuvo que beber abundante agua para calmar la sed. Qué bien es el más preciado del reino sino el agua. Rota la promesa, la reina de Saba cumplió y de aquella única unión nació Menelik I, futuro rey de Abisinia.

A partir de este relato, se puede entender una nueva faceta del motivo por el que la cocina tradicional etíope ofrece platos con base de verduras y carnes sazonadas con una abundante variedad de especias.

Buscando transmitir esta mismo principio, está el ejemplo del restaurante Abissínia, en Barcelona. En este establecimiento recogen toda una variedad de sabores que, a diferencia de las costumbres occidentales, quieren que puedan transmitirse a través de los sentidos de aquellos comensales más aventureros, ya que siguen las costumbres etíopes por las que la comida ha de comerse con las manos.

Con una base de injera, pan típico parecido a una crêpe pero más grueso, se dispone del elemento más parecido a un cubierto que se puede encontrar en un restaurante auténticamente etíope, ya que sirve para coger los alimentos de manera más fácil. La particularidad de este tipo de pan es que está hecho a partir de teff, un cereal originario de Etiopía que se cultiva desde hace más de 5.000 años y que además es libre de gluten, lo que lo hace perfectamente apto para los celíacos.

De esta manera se acompañan los típicos platos protagonistas de la cultura etíope, servidos en mesob, bandejas redondas hechas con paja de colores para que, según su cultura, la energía fluya por toda el área. Así se pueden encontrar bandejas humeantes llenas de comida y que contienen platos como el dorowotde ternera, pollo y verduras. Aunque hay otros platos más especiales, como el Menchetabesh, con ternera picada sazonada con berberé, una combinación de 22 especies de Etiopía y que es de los condimentos más picantes.

Siendo uno de los dos únicos restaurantes etíopes en Barcelona, este espacios gastronómicas lleva de viaje al comensal sin moverse de la misma ciudad, manteniendo la esencia de uno de los rincones de África y que forma un trozo de Etiopía en el barrio de Gracia.

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