Tras el crack económico que trajo la caída de la firma americana Lehman Brothers, la economía mundial se vio pender de un hilo. La fragilidad de los sectores industriales y financieros quedaron en evidencia. El impacto económico, la presión del mercado hipotecario, y la abrupta caída de Dow Jones hicieron que esta bancarrota se convirtiera en una de las mas duras por que pudiese haber atravesado la economía estadounidense, y con ella la economía global.

El colapso económico de la financiera produjo importantes niveles de desempleo, principalmente en Estados Unidos y Europa, además de la paralización total o parcial de las industrias, disminución de los créditos y recrudecimiento de las políticas de financiamiento.

La economía del mundo se vio gravemente afectada, del mismo modo que las relaciones políticas y diplomáticas se sintieron trastocadas desde su base, generando desconfianza e incertidumbre, lo que inevitablemente deterioró las relaciones su relación comercial.

Tras años de políticas económicas, se consiguió nuevamente el equilibrio financiero para estabilizar los mercados, asumiendo las consecuencias que este evento dejó en los mercados del mundo.

Probablemente después de esta experiencia era difícil imaginar un escenario más desalentador, pues nos encontrábamos con las principales economías del mundo en una dura recesión. Sin embargo, hoy nos encontramos ante un escenario bastante duro donde se ve nuevamente amenazada la economía mundial.

De Lehman Brothers a la Pandemia del Coronavirus

El coronavirus de Wuhan amenaza de nuevo las estructuras sociales y económicas

El impacto económico del coronavirus fue para muchos un evento no previsible, para otros se dio con un poco más de medidas, al poder ver el desenvolvimiento y expansión en el mundo, tiempo vital que en muchos casos sirvió para tomar medidas oportunas ante la propagación de esta pandemia. Lo que probablemente en ninguna escala se pudo anticipar serían las magnitudes y consecuencias que esto traería consigo en el mundo.

Hoy estamos ante un escenario que se muestra mucho peor que aquella caída de Lehman Brothers en el año 2008. La economía mundial esta paralizada casi en su totalidad y de forma inevitable.

Las actividades comerciales que se mantienen en funcionamiento están dentro de los esenciales, (alimentación, salud, higiene, y necesariamente surge como sector esencial el sector de telecomunicaciones, dada la necesidad de cooperar con actividades a distancia).

Las cifras de desempleo y las proyecciones muestran datos realmente alarmantes para las poblaciones del mundo, dentro de los datos estimados por la OIT, se habla de que los índices de desempleo podrían llegar a casi 25 millones, y las pérdidas de ingresos podrían sobrepasar los 3 billones de dólares para finales de año, lo cual traería importantes índices de pobreza.

A pesar de estos preocupantes números, los países del mundo han tenido que decidir en función a esta única alternativa para frenar la propagación del virus, y que hoy en día supera el millón de contagios.

Resguardar y proteger a las personas de contagio e impedir el colapso de los sistemas de salud al parecer es el camino más corto que tienen los gobiernos del mundo para poder superar este momento de coyuntura mundial.

Lo que resulta aún más complejo dentro de este panorama son los sistemas políticos que, desde antes, ya se enfrentan a escenarios de pobreza, economías inflacionarias, recesión o problemas políticos, los cuales sin lugar a dudas son factores adicionales que hace más difícil el manejo de esta crisis.

Además de entender que algunos países son más vulnerables a niveles estructurales y de músculo financiero, también esta medida de asilamiento y paralización de actividades es más agresiva dentro de algunos sectores comerciales los cuales ineludiblemente se verán afectados en mayor medida. Tal es el caso del sector turismo, entretenimiento, sistemas de distribución, educación y materia prima entre otros, los cuales evidentemente débiles y vulnerables dentro de este proceso.

La economía mundial está entrando inevitablemente en un proceso que se conoce como crisis de demanda, lo cual dentro de un sistema económico normal podría estabilizarse a través de políticas económicas y políticas fiscales como:

·        Bajar impuestos

·        Facilidades de crédito.

·        Estimulación de la demanda.

·        Reestructuración del gasto publico

Sin embargo, enfrentamos una situación completamente atípica, por lo que estas medidas no son viables como una alternativa (al menos no en este momento) y la razón es que nos enfrentamos a la imposibilidad de movilizarnos, lo cual es fundamental para reactivar la economía.

Nos encontramos en un proceso clave, en el cual es muy complejo comprender cuales serán las medidas a mediano o largo plazo, incluso por qué nos vemos inmersos en una situación global en la cual no tenemos definidos a ciencia cierta el tiempo que podría tomar esta medida. Ante este escenario se ha hecho necesario reforzar las industrias menos afectadas, y que nos van a servir de medida para palear las consecuencias de la paralización de actividades, y que a su vez han permitido dar continuidad a algunas estructuras comerciales.  Estos sectores son:

·        Telecomunicaciones.

·        Tele-trabajo

·        Generación de contenido Online.

Ante esta realidad es imprescindible reestructurar los procesos fundamentales, ya que dentro de los panoramas mas alentadores la situación para el control de la pandemia, podría alargarse por al menos un par de meses, sin embargo, los análisis profundos del comportamiento del virus y los avances a nivel de tratamientos factible o probables, nos asoman una perspectiva de que podríamos estar retomando nuestras actividades normales para el último trimestre del año, lo cual nos deja sobre la mesa un escenario muy complejo de manejar: la creación de nuevas estructuras productivas y nuevos modelos económicos podría traducirse en una herramienta vital para sortear este periodo, hasta hoy indeterminado.

A pesar de ello, por muy complejo que se evidencie el panorama, el mundo se está concienciando que para superar este proceso no basta con ser el más fuerte financieramente hablando, sino que es indispensable ser disciplinados en las medidas de aislamiento para de esta forma estabilizar el sistema de salud y con el poder reorganizar la productividad mundial, poder vislumbrar lo que se viene. Es un tema bastante complejo, incluso para economistas experimentados, pues depende de muchos factores ajenos a su rango de acción.

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