Marilyn representó la belleza americana en contraposición con la del clasicismo. Adorada en su tiempo, aún hoy recordada
Marilyn Monroe, nacida Norma Jean Mortenson (Los Angeles, 1926), fue todo un icono sexual allá por los años 60. Con películas como La Tentación Vive Arriba o Niágara se granjeó el afecto del público con un personaje tierno a la vez que exuberante y simpático. El público la adoraba y quería ser como ella. Ella les daba un poco lo que querían con sonados romances (incluso con un presidente asesinado, nada menos).
Inspiró una de las obras más conocidas del arte moderno (no hace falta nombrarla, ¿a que no?).
Dicen de esta ‘ambición rubia’ (antes que Madonna) que era depresiva, superdotada y que, en el fondo, tras su sonrisa se escondía una gran melancolía. Sea como fuere, la encontraron muerta en la bañera en 1962, con aquella famosa foto en plan La Muerte de Marat.
Pero… siempre nos quedarán sus películas.
Descanse en paz, la irrepetible Norma Jean.
