Wes Craven

Wes Craven in The Fear (1995)
Molly Se-kyung
Molly Se-kyung

Wes Craven fue un emblemático director, guionista y productor de cine estadounidense conocido por revolucionar el género de terror. Fue responsable de la creación de algunas de las películas de terror más influyentes y populares, como «Pesadilla en Elm Street» y la serie «Scream». La obra de Wes Craven se adentraba a menudo en los aspectos psicológicos del miedo, mezclando suspense, terror y humor negro para cautivar al público.

Vida temprana y educación

Wes Craven nació el 2 de agosto de 1939 en Cleveland, Ohio. Desde muy joven sintió un gran interés por el arte y la literatura. Craven se crió en un estricto hogar baptista, donde le prohibieron ver películas. A pesar de ello, se escapaba a ver películas que inspiraron su obra posterior, como Drácula con Bela Lugosi.

Craven estudió en el Wheaton College, donde se licenció en Inglés y Psicología. Enseñó brevemente humanidades en el Westminster College antes de cursar un máster en Filosofía y Escritura en la Universidad Johns Hopkins. Aunque lo abandonó sin terminar la carrera, sus estudios le proporcionaron una base sólida para su futura carrera cinematográfica.

Carrera profesional

Tras graduarse en la universidad, Wes Craven empezó a trabajar en la industria del cine y la televisión en Nueva York. Su primer trabajo fue como editor de sonido para una pequeña empresa de postproducción que producía películas educativas y anuncios publicitarios. Durante este tiempo, también dirigió algunos cortometrajes, aunque no obtuvieron demasiada atención.

A finales de la década de 1960, Craven dirigió su primer largometraje, una película de moteros titulada Los cuatro violentos. Sin embargo, la producción, de bajo presupuesto, se topó con problemas de financiación y la película nunca se terminó ni se estrenó. Este fracaso inicial demostró las dificultades a las que se enfrentaría Craven como cineasta independiente que intentaba llevar sus visiones a la pantalla.

Durante varios años, Craven desempeñó diversas funciones, dirigiendo segmentos para series educativas como Encyclopedia Britannica mientras seguía escribiendo guiones de terror. En 1970 se trasladó a California para dedicarse más al cine. Aunque Craven adquirió experiencia e hizo contactos en la industria durante este periodo, los comienzos de su carrera estuvieron marcados por las dificultades económicas y los contratiempos mientras intentaba establecerse en Hollywood. Tuvo que aceptar trabajos como conducir taxis o escribir para películas de adultos bajo seudónimos para pagar las facturas mientras desarrollaba sus propios proyectos.

El primer gran éxito de Craven llegó en 1972, cuando escribió y dirigió La última casa a la izquierda, una película de terror que lanzaría su carrera al tiempo que desataba una gran polémica por su violencia gráfica. Antes de esta notoriedad, los inicios de la carrera de Craven se caracterizaron por la determinación de perseguir sus sueños cinematográficos, a pesar de carecer de contactos o recursos en una industria difícil. Su perseverancia en las primeras dificultades sentó las bases de su éxito posterior.

La última casa a la izquierda

La última casa a la izquierda es una película de terror de 1972 escrita, editada y dirigida por Wes Craven. Trata de dos adolescentes que son secuestradas, violadas y asesinadas por una banda de convictos psicópatas. Los convictos, sin saberlo, se refugian en casa de una de las chicas después de cometer los crímenes. Al final, los padres descubren quiénes son los convictos y se vengan.

La película tuvo una acogida desigual por parte de la crítica. Algunos alabaron su cruda intensidad y su voluntad de retratar una brutalidad escandalosa, mientras que otros la condenaron como explotación sádica. Fue prohibida en varios países por su violencia gráfica y su contenido sexual. La última casa a la izquierda causó una gran controversia, con críticas que la acusaban de misoginia y de explotar la violencia contra las mujeres.

A pesar de la controversia, La última casa a la izquierda ha sido citada como una de las películas más importantes en la aparición del género de terror slasher. Su éxito demostró que la violencia gráfica extrema podía atraer al público y generar beneficios. Su estilo descarnado y realista contrastaba con el estilo gótico de las películas de terror anteriores. Contribuyó a sentar las bases de futuras películas que pretendían perturbar y asustar al público a través de una brutalidad sin concesiones.

Pesadilla en Elm Street

Inspirándose en artículos de periódico sobre jóvenes que morían mientras dormían y en sus propias pesadillas, Wes Craven escribió y dirigió Pesadilla en Elm Street en 1984. La película gira en torno a varios adolescentes que son acechados y asesinados en sueños por Freddy Krueger, un acosador de sueños desfigurado que utiliza un guante armado con cuchillas para matar a sus víctimas.

La película se produjo con un presupuesto muy bajo, de sólo 1,8 millones de dólares, pero se convirtió en un gran éxito de taquilla, recaudando más de 25 millones de dólares. Con su singular premisa, su espeluznante antagonista y sus imaginativas secuencias oníricas, Pesadilla en Elm Street provocó un resurgimiento del género slasher y ha pasado a considerarse una de las películas de terror más originales e influyentes de la historia.

La popularidad de Freddy Krueger como icono del terror hizo que el personaje apareciera en secuelas, una serie de televisión, novelas, cómics y artículos de merchandising. El actor Robert Englund se convirtió en sinónimo del papel, interpretando a Freddy en todas las películas excepto en el remake de 2010. Pesadilla en Elm Street está considerada la obra maestra de Wes Craven y ayudó a lanzar a New Line Cinema como un gran estudio. Su exploración de la delgada línea que separa los sueños de la realidad inspiró a innumerables imitadores e inauguró una nueva era de terror surrealista.

Franquicia Scream

La franquicia Scream revitalizó el género slasher en la década de 1990 y se convirtió en un fenómeno de la cultura pop. Wes Craven desarrolló el concepto de Scream tras inspirarse en una serie de asesinatos sensacionalistas.

Scream (1996) presenta la ciudad ficticia de Woodsboro, objetivo de un asesino enmascarado conocido como Ghostface. La película se centra en Sidney Prescott (Neve Campbell), que se convierte en el objetivo del asesino un año después de la brutal violación y asesinato de su madre. Ghostface acecha y asesina a varios compañeros de clase de Sidney mientras se burla de ella. La película fue un éxito inesperado y recaudó más de 173 millones de dólares en todo el mundo con un presupuesto de 14 millones. Recibió elogios de la crítica por su interpretación autorreferencial de los tropos del slasher.

Scream 2 (1997) sigue a Sidney cuando empieza la universidad y vuelve a ser objetivo de los asesinos imitadores de Ghostface. La secuela examina el impacto de los asesinatos de Woodsboro en la cultura popular. Recaudó más de 172 millones de dólares en taquilla.

Scream 3 (2000) traslada el escenario a Hollywood, donde Sidney se esconde, pero es atraída por Ghostface con la intención de descubrir secretos sobre su madre. La película incorporaba comentarios sobre las trilogías en el cine y la cultura de Hollywood. Recaudó 161 millones de dólares en todo el mundo.

Scream 4 (2011) marca el regreso de Craven, Campbell y otros 11 años después de la anterior entrega. Sidney regresa a Woodsboro y se enfrenta a una nueva generación de víctimas y asesinos potenciales. La película examina los reboots y remakes en Hollywood. Recaudó casi 100 millones de dólares con un presupuesto de 40 millones.

Las películas de Scream fueron elogiadas por su mezcla de terror, misterio, comedia y comentario social. Inspiraron numerosas imitaciones y parodias. La icónica máscara de Ghostface se convirtió en un icono del terror. La franquicia sigue siendo una de las series de terror más populares e influyentes de las décadas de 1990 y 2000.

Carrera cinematográfica posterior

Tras el éxito de la franquicia Scream, Wes Craven siguió dirigiendo películas de terror y se aventuró en otros géneros. Entre sus últimas películas destacan:

  • Red Eye (2005) – Este thriller protagonizado por Rachel McAdams y Cillian Murphy se centraba en un complot para asesinar a un político. Tuvo críticas favorables y recaudó más de 95 millones de dólares en taquilla.
  • My Soul to Take (2010) – Craven volvió a sus raíces de terror con esta película slasher sobre un asesino en serie y siete adolescentes nacidas la noche en que murió. Recibió críticas mixtas, pero fue un modesto éxito de taquilla.
  • Scream 4 (2011) – Craven dirigió la cuarta entrega de la franquicia Scream que contó con el regreso de miembros del reparto original como Neve Campbell. Recibió críticas mixtas pero ganó más de 97 millones de dólares.

Craven también dirigió algunas películas familiares más adelante en su carrera, entre ellas Música del corazón (1999), protagonizada por Meryl Streep. Esto demostró su habilidad para cambiar de género.

El trabajo de Craven fue reconocido por la comunidad del terror. Recibió el Lifetime Achievement Award de la Academy of Science Fiction, Fantasy and Horror Films en 1997. Craven siguió siendo una figura influyente en el género de terror hasta su muerte en 2015.

Estilo y temas

Wes Craven desarrolló un estilo distintivo y exploró con frecuencia temas recurrentes a lo largo de su obra. Se hizo famoso por su habilidad para combinar magistralmente el terror y el humor.

Craven tenía talento para subvertir las expectativas y utilizar el humor autorreferencial. Sus películas juegan a menudo con los tópicos del género de terror, burlándose de los clichés incluso cuando dan miedo. El metacomentario sobre el género de terror está muy presente en las películas más populares de Craven, como la franquicia Scream. Los personajes son conscientes de las reglas y convenciones del cine de terror, lo que permite a Craven jugar con las expectativas del público.

Las imágenes oníricas y la confusión entre fantasía y realidad son motivos comunes en la filmografía de Craven. Las pesadillas que se vuelven reales, los sueños dentro de los sueños y el despertar en una pesadilla son temas familiares de Craven. El tono onírico contribuye a la atmósfera inquietante y desorientadora de sus películas de terror. Craven también exploró con frecuencia el lado oscuro o primitivo de la naturaleza humana y los deseos subconscientes.

El marcado contraste entre la normalidad y la espeluznante violencia es otra de las señas de identidad del estilo de Craven. La yuxtaposición hace que los momentos de horror sean aún más chocantes y eficaces. Craven contrasta a menudo la idílica vida suburbana americana con el caos y el derramamiento de sangre.

A lo largo de su carrera, Craven demostró su capacidad para adaptarse a las nuevas tendencias y tecnologías sin perder su voz distintiva. Por ejemplo, las primeras películas de Craven, como Last House on the Left (La última casa a la izquierda), eran terror descarnado de bajo presupuesto que representaba el movimiento contracultural de los años setenta. Más tarde, trasladó su sensibilidad al cine convencional, como Scream, que definió el terror de los 90. A pesar de evolucionar con los tiempos, Craven mantuvo su espíritu subversivo y su talento para el comentario social a través del terror.

Legado e influencia

Wes Craven tuvo un profundo impacto en el género de terror que aún se siente hoy en día. Muchos lo consideran uno de los directores de terror más influyentes de todos los tiempos. Sus películas inspiraron a nuevas generaciones de cineastas y dejaron tras de sí algunos de los momentos y villanos más icónicos del cine de terror.

A Craven se le atribuye la reinvención del género slasher no sólo una vez, sino dos, primero con Pesadilla en Elm Street en 1984 y de nuevo con Scream en 1996. Freddy Krueger y Ghostface se convirtieron en dos de los iconos de terror más memorables que aún resuenan entre el público. Las películas de Pesadilla en Elm Street explotaron el terror de los sueños, difuminando la línea entre fantasía y realidad. Por su parte, las películas de Scream satirizaban y subvertían los tropos que el propio Craven ayudó a establecer con un estilo meta y autorreferencial.

Más allá de sus creaciones más famosas, Craven amplió los límites del género de terror e influyó en innumerables directores. Películas como La última casa a la izquierda y Las colinas tienen ojos superaron los niveles de violencia y brutalidad del cine de la época. Craven no tenía miedo de explorar temas desafiantes y sustos viscerales. También dirigió películas que no eran de terror, como Music of the Heart, demostrando así su capacidad creativa.

Incluso después de su muerte, las películas de Craven siguen inspirando el nuevo terror. Películas de éxito reciente como It Follows y Hereditary han citado a Craven como una influencia clave. Freddy, Ghostface y el audaz estilo de dirección de Craven proyectaron una larga sombra sobre el género. No cabe duda de que Wes Craven cambió el cine de terror para siempre con sus películas pioneras y unos personajes que siguen siendo hitos culturales décadas después. Su voluntad de innovar, subvertir las expectativas y encontrar nuevas formas de asustar al público cimentaron su legado.

Vida personal

Wes Craven se casó con Bonnie Broecker en 1964, pero se divorciaron en 1969. En 1982 se casó con Mimi Craven, con la que tuvo dos hijos, Jonathan y Jessica. Craven era conocido por ser un hombre amable, gentil y tímido que disfrutaba observando aves, leyendo y escuchando música clásica en su tiempo libre.

A pesar de su afición al cine de terror, Craven no se consideraba una persona morbosa. Veía el cine de terror como una exploración de los miedos humanos universales. Fuera del trabajo, llevaba una vida familiar tranquila y normal.

En los últimos años de su vida, Craven siguió trabajando sin descanso como guionista y director hasta su muerte. Falleció en su casa de Los Ángeles en agosto de 2015, a los 76 años. Le habían diagnosticado un cáncer cerebral. Craven dejó tras de sí un legado como una de las voces más influyentes y pioneras del género de terror. A través de obras emblemáticas como Pesadilla en Elm Street y Scream, creó iconos de terror perdurables y aportó un nuevo nivel de profundidad y arte a las películas de miedo.

Importancia y legado

Wes Craven será recordado para siempre como uno de los maestros del terror, dejando tras de sí un legado perdurable como cineasta pionero que amplió los límites del género. Aunque se inició en el cine dirigiendo películas de explotación de bajo presupuesto, Craven no tardó en hacerse famoso por infundir arte, inteligencia y un sutil comentario social a su obra, desafiando el estereotipo del terror como género menor.

Craven es conocido sobre todo por haber creado dos de las franquicias de terror más icónicas e influyentes de la historia del cine: Pesadilla en Elm Street y Scream. Freddy Krueger, el asesino en serie sobrenatural que ataca a los adolescentes en sus sueños, se convirtió en un icono de la cultura pop y lanzó una exitosa franquicia que duró casi una década. Scream revitalizó el género slasher en los años 90 e inauguró una nueva era de terror postmoderno y autorreferencial.

Más allá de sus películas más famosas, Craven hizo gala de creatividad y variedad a lo largo de toda su carrera. No le asustaba arriesgarse y experimentar con nuevas ideas, desde el surrealismo de La serpiente y el arco iris hasta la comedia de meta-horror de La nueva pesadilla de Wes Craven. Incluso cuando sus películas no tenían éxito comercial, eran reflexivas, atrevidas y sobrepasaban los límites.

Décadas después de sus obras fundamentales, Craven sigue siendo una figura imponente e inspiradora del cine de terror. Demostró que el género podía ser inteligente, artístico y culturalmente relevante. Las imaginativas historias y personajes que creó siguen atormentando nuestras pesadillas colectivas, y su influencia es evidente en muchos de los directores y películas de terror más importantes de la actualidad. Wes Craven dejó una huella indeleble tanto en el género de terror como en el cine en su conjunto.

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Por Molly Se-kyung Editor
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Molly Se-kyung es novelista y crítica de cine y televisión. Además, se encarga de las secciones de estilo.
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