El uso intensivo de las redes sociales puede afectar gravemente a la salud mental

Haz una foto. Compártela. Conéctate. Las redes sociales son geniales, ¿verdad?

Con la creciente dependencia de los teléfonos móviles, el acceso a las cuentas de las redes sociales es instantáneo y se puede llegar a ellas desde cualquier lugar. Conectarse a través de las redes sociales es una herramienta increíble para permanecer en contacto con las personas que te importan. Ayuda a unir a las personas y a estrechar lazos.

También es útil para promocionar la propia empresa o marca, sobre todo cuando se conecta con personas a distancia.

Sin embargo, esta dependencia tiene sus inconvenientes.

¿Cómo ha afectado la dependencia de los teléfonos móviles y los medios sociales a las interacciones sociales? En particular, la gran dependencia del uso del teléfono móvil puede conducir a un mayor aislamiento social.

Desplazarse por el teléfono es fácil y adictivo, y es fácil dejarse arrastrar por la vorágine de las redes sociales. En cambio, interactuar con desconocidos o incluso conocidos requiere esfuerzo y reflexión.

Esto último significa que la propia identidad y las habilidades sociales se ponen a prueba, y por mínima que sea una interacción social, puede resultar presionante. Esta presión no está presente al desplazarse por el teléfono, por lo que es fácil depender simplemente del teléfono y estar libre de cualquier presión social.

Recurrir al teléfono móvil para escapar de la soledad elimina la necesidad de socializar, por lo que se reducen las interacciones sociales.

Por si fuera poco, las interacciones sociales no son lo único que se resiente del uso intensivo de las redes sociales.

¿Cuál es el impacto de las redes sociales en la salud mental?

El auge de las redes sociales hace que la gente tenga constantemente acceso a las fotos «perfectas» de los demás.

Es fácil imaginar una vida perfecta en las redes sociales, y los usuarios pueden transmitir una sensación de felicidad falsa o exagerada a través de sus publicaciones o fotos. La presión por mostrar una vida perfecta en las redes sociales lleva inevitablemente a compararse con los seguidores. Esta comparación con los seguidores puede agravar los sentimientos de ansiedad o inquietud y presionar a las personas para que sean tan «perfectas» como las fotos que ven.

Las redes sociales también pueden «atrapar» a los usuarios en un bucle sin fin de búsqueda de placer. En otras palabras, los usuarios publican con la esperanza subyacente de obtener una respuesta positiva, y luego sienten satisfacción al recibir dicha respuesta.

Esto inevitablemente deja a los usuarios con ganas de más, por lo que publican más y más. Con el tiempo, esto puede convertirse en una obsesión por los «me gusta», el número de seguidores, las visitas y las interacciones, que sirven para medir la «validación» de cada uno.

Es fácil buscar validación o basar la autoestima en estas cifras, y todo esto puede enseñar erróneamente a la gente que su valía está en manos de las redes sociales. Por lo tanto, es importante tomarse los descansos necesarios de las redes sociales o simplemente ser consciente de que no deben dominar nuestra vida.

En general, es importante ser consciente de las consecuencias invisibles de las redes sociales para disfrutar de ellas de forma segura y controlada.

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