La elegancia intemporal de Olivia De Havilland

Olivia de Havilland
Molly Se-kyung
Molly Se-kyung

Olivia de Havilland fue una figura icónica en la historia del cine. Sus interpretaciones se extendieron a lo largo de increíbles cuatro décadas y siempre hizo gala de una elegancia y una gracia intemporales en la pantalla. Ganadora de cuatro premios de la Academia y galardonada con otros muchos premios y reconocimientos, su interpretación sigue siendo una de las más emblemáticas de todos los tiempos.

En este artículo exploraremos la vida y la carrera de esta legendaria actriz. Repasaremos algunas de sus interpretaciones más memorables y analizaremos cómo influyó en la historia del cine. También analizaremos por qué el legado de De Havilland perdura hasta nuestros días y por qué su trabajo sigue inspirando a actores y cineastas de todo el mundo.

Acompáñenos en este homenaje a la increíble carrera de Olivia de Havilland, a su estilo y gracia intemporales y a su inmensa contribución a la industria cinematográfica.

Ha nacido una estrella: los comienzos de Olivia y su gran éxito como Melanie en Lo que el viento se llevó

Olivia de Havilland
Olivia de Havilland

Olivia de Havilland nació el 1 de julio de 1916 en Tokio, Japón. Tenía una hermana mayor, la actriz Joan Fontaine, y un hermano menor. Sus padres eran británicos, su padre abogado y su madre actriz. Cuando tenía tres años, la familia se trasladó a California y Olivia comenzó su carrera como actriz.

Con sólo 19 años, Olivia consiguió su primer papel como Melanie en Lo que el viento se llevó (1939). Con él ganó el Oscar a la mejor actriz de reparto, lo que la lanzó al estrellato y la convirtió en una de las principales actrices de Hollywood durante las décadas de 1940 y 1950.

Además de actuar, de Havilland también fue políticamente activa durante la Segunda Guerra Mundial. Fue una de las muchas celebridades que visitaron instalaciones militares y hospitales por todo el país, entreteniendo a los soldados y llamando la atención sobre su causa mediante entrevistas en periódicos como The New York Times.

Durante todo este tiempo, Olivia siguió dominando Hollywood con actuaciones destacadas en películas como Hold Back the Dawn (1941), To Each His Own (1946), The Snake Pit (1948) y The Heiress (1949). Todas estas películas consolidaron su reputación como una de las grandes estrellas del cine.

Ganar dos Oscar: Rivalidad entre hermanas y papeles memorables en la década de 1940

Olivia De Havilland es un icono de Hollywood, recordada hasta hoy por su elegancia atemporal en la pantalla. Pero su influencia en el cine fue mucho mayor que la de un rostro bello: fue una fuerza poderosa que abrió camino y sentó las bases para las mujeres en la industria.

En 1946, se convirtió en la primera mujer en ganar dos premios de la Academia. Esto se debió en parte a su rivalidad con su hermana, Joan Fontaine, que había ganado un Oscar el año anterior. Además de ganar dos Oscar, Olivia recibió elogios por sus memorables papeles en Las aventuras de Robin Hood (1938), Lo que el viento se llevó (1939) y No dejes que amanezca (1941).

No sólo hizo historia por ser la primera mujer en ganar dos Oscar, sino también por rechazar los contratos a largo plazo que los estudios de cine suelen obligar a aceptar a los actores. Esto allanó el camino para que las actrices se establecieran como una presencia propia y poderosa en Hollywood, un legado que continúa hoy en día.

Encasillarse en los años 50 y asumir papeles más serios

A pesar de haber sido encasillada en la década de 1950 como una actriz principal glamurosa y de rostro dulce, Olivia de Havilland estaba decidida a aceptar papeles más serios. Protagonizó el clásico western «Las Furias» y el thriller de Hitchcock «Los Pájaros» en 1963, en los que demostró su formidable talento interpretativo.

Al mismo tiempo, nunca se conformó con el papel de ingenua. En 1952 fue nominada al Oscar por su interpretación de una belleza sureña apasionada pero de fuerte carácter en «Scarlett in Red». Rechazó otros papeles similares a ese y buscó otros como su aclamada interpretación de una víctima de la violencia familiar en «La heredera». Este papel le valió a de Havilland su segundo Oscar.

En 1961, protagonizó junto a John Wayne y Montgomery Cliff «Los comancheros», que le valió a de Havilland buenas críticas y demostró que podía hacer frente incluso a papeles de acción. En 1967, tras recibir otras dos nominaciones a la Mejor Actriz en los Oscar por sus interpretaciones en «Luz en la plaza» y «Anastasia», asumió el papel de una anciana condenada a morir envenenada por la radiación de las pruebas atómicas en «Hush…Hush Sweet Charlotte». Esta interpretación le valió otra nominación al Oscar y finalmente ganó su tercer premio Oscar por su interpretación.

A lo largo de todos estos desafiantes papeles, de Havilland demostró que la edad no limita el talento ni la ambición, demostrando una vez más por qué Olivia de Havilland es recordada hoy con tanta admiración.

Vida en París y regreso a Hollywood en los años 60

Olivia de Havilland
Olivia de Havilland

Olivia De Havilland vivió en París durante gran parte de la década de 1960, donde aceptó pequeños papeles en películas y obras de teatro. También hizo algunas apariciones en televisión, pero Hollywood seguía llamando su nombre.

En 1966 regresó a Hollywood y consiguió el papel de Melanie Hamilton en la épica película «Lo que el viento se llevó». Fue su primer papel importante en más de dos décadas y recibió una gran acogida por parte del público y la crítica.

Su regreso a Hollywood la llevó a interpretar varios papeles más en las décadas de 1960 y 1970, incluida su nominación al Oscar como Mary Stimson en la comedia dramática de George Roy Hill «El hilo delgado» (1973). También continuó apareciendo en escena durante esta época, con interpretaciones aclamadas por la crítica en obras como Sueño de una noche de verano de Shakespeare y La tía Dan y Lemon.

De Havilland aceptó con gracia el envejecimiento como actriz durante esta etapa de su vida; utilizó su considerable encanto e ingenio para crear personajes vívidos que cautivaron a públicos de todas las edades. A pesar de envejecer, De Havilland seguía siendo tan bella y elegante como siempre; su elegancia atemporal era admirada en todo el mundo.

Reconocimientos y honores en sus últimos años

Nadie puede discutir que la ilustre actriz Olivia De Havilland, ganadora de cuatro Oscar, tuvo una carrera digna de reconocimiento. Pero en sus últimos años, fue galardonada con premios por su ilustre carrera como actriz.

En 2000, Olivia De Havilland recibió el máximo galardón del American Film Institute, el Life Achievement Award. En Francia, fue honrada como «Oficial de la Legión de Honor».

En 2008, Olivia De Havilland fue nombrada Dama Comandante de la Orden del Imperio Británico (DBE). Esta distinción especial se concede a personas que han hecho una contribución importante a Gran Bretaña y al mundo, y Olivia De Havilland cumple sin duda este criterio.

En 2017, recibió su último galardón al ganar un Oscar honorífico por los logros de su vida en el cine.

No cabe duda de que Olivia De Havilland se ha ganado todos estos honores y será recordada para siempre como una de las mejores actrices de Hollywood.

El legado de Olivia De Havilland y su influencia en el cine

Olivia De Havilland fue una auténtica pionera en el mundo del cine, inspirando a generaciones con interpretaciones icónicas a lo largo de una carrera que abarcó cincuenta años. Ganadora de un Oscar, modelo y estrella inolvidable de Hollywood, su legado perdurará para siempre.

La elegancia atemporal y la fuerza de las interpretaciones de Olivia De Havilland la convirtieron en alguien a quien emular, tanto en la pantalla como en la vida real. Desde la audacia de sus papeles en películas clásicas como «Lo que el viento se llevó» o «La heredera» hasta su imponente presencia en la alfombra roja, Olivia tenía algo que la diferenciaba del resto.

Su influencia en el cine es enorme, desde ser una de las primeras actrices en liberarse de los contratos a largo plazo con los estudios hasta protagonizar algunas de las películas más queridas de todos los tiempos. Inspiró a innumerables actrices a perseguir sus sueños y ambiciones a pesar de los obstáculos.

Su impresionante palmarés incluye dos Oscar, nueve nominaciones a los Globos de Oro, tres de ellas ganadoras, y una nominación a los premios Emmy, testimonio de su impacto duradero en la industria cinematográfica.

La próxima vez que vea una película inspiradora con una protagonista femenina fuerte, recuerde a Olivia De Havilland y todo lo que consiguió en su ilustre carrera: ¡una auténtica leyenda!

Olivia de Havilland fue una belleza atemporal y una figura icónica del cine que dejó una huella indeleble en la industria del entretenimiento. Su estilo grácil y elegante, sus brillantes interpretaciones y su inquebrantable sentido de la dignidad y la inteligencia dejaron una huella imborrable en generaciones de cinéfilos.

Ampliamente elogiados y respetados, los esfuerzos cinematográficos y el estilo de Olivia de Havilland sirven como recordatorio del poder de la feminidad y la gracia. Aunque ya no esté entre nosotros, su legado cinematográfico sigue vivo y seguirá inspirando a las generaciones venideras.

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