Royalteen: La princesa Margrethe es la secuela de Royalteen: El Heredero. En esta ocasión, está dirigida por Ingvild Søderlind y protagonizada por Ines Høysæter Asserson, Mathias Storhøi y Elli Rhiannon Müller Osbourne. Basada en el libro de Randi Fuglehaug y Anne Gunn Halvorsen.
Royalteen demostró (o nos demostró) a los críticos que los jóvenes, o no leen las críticas, o les importan un pimiento. Una baja puntuación de público y crítica no bastó para que esta producción noruega tenga una segunda oportunidad.
Hace muy bien la juventud en no hacer caso, como hace muy bien esta segunda parte en incidir (y superar) en los éxitos de su predecesora.
Crítica de la película
La historia de esta chica normal metida a princesa o de esta chica que quiere ser una chica normal, con problemas de identidad, drogas y con muchas ganas de divertirse, gustar a los chicos y ser popular. Bueno, creo que en lo último nos hemos pasado, porque la princesa ya es bastante conocida.
Bromas aparte (no vamos a parar, os avisamos), la peli es una especie de mezcla explosiva entre Beverly Hills, 90210 y The Crown… versión noruega. Comprenderán que semejante mezcla, cuanto menos, resultaría novedosa (de no tratarse de una secuela, vale), pero la cosa va más allá y la chica se echa un amor al más puro estilo Bridgerton para dinamitar para siempre los tradicionales esquemas de la realeza.
No, no creemos que sus artífices esperen buenas críticas y no seremos nosotros, pero tenemos que reconocer que toda esta amalgamas de supuestas nuevas ideas, tópicos recalcitrantes e ideas sin sentido del departamento de marketing tienen su gracia en este cocktail que, para algunos hasta ridículo, hace su efecto, como el combinado de “benzos” y cocaína con el que la prota termina ingresada.
Ni hallazgos artísticos ni intención ni creemos que vaya a competir en los Oscar, pero seguro que va a gustar a más de uno.
No olvidemos que estas pelis para adolescentes son las más vistas año tras año en la programación de la cadena de streaming.
No es que aporte mucho a la Historia del Cine, pero su pretendido dramatismo termina por tener su gracia dentro de un contexto prestado.
Como reza el slogan de la barrita Krusty: nuez y chicle, juntos por fin.
Fecha de estreno
11 de mayo
